La pandemia del COVID-19 ha generado muchas preguntas en el sector de bienes raíces. El sector empresarial, por temas de seguridad sanitaria, ha optado por enviar a la mayoría de sus empleados a sus casas. El nuevo estado “normal” ha cambiado los esquemas de vida y de negocio tradicional; pero hasta el momento no se han registrado pérdidas, reducciones o cambios importantes en el mundo inmobiliario corporativo.
De hecho, tanto en Estados Unidos como en República Dominicana, el sector ha sido uno de los más resistentes a la crisis actual, a diferencia de otros, como por ejemplo el financiero. No obstante, una de las preguntas más frecuentes que recibo es: ¿cuál ha sido el impacto en los precios de alquiler y venta en el sector?
En mi experiencia, los precios de alquiler en la mayoría de los edificios corporativos se mantienen con poco o ningún cambio. Aunque, los propietarios están ofreciendo concesiones a clientes que alquilen grandes espacios, por un plazo mayor de tiempo.
En otros casos, debido a que muchas empresas aún mantienen a la mayoría de sus colaboradores trabajando desde casa, los cobros han sido flexibilizados, y esto podría reflejar un desaceleramiento.
Pero por el momento, a pesar de que se prevé una contracción en la economía dominicana por la pandemia, el sector de bienes raíces sigue a flote. El Banco Central inyectó RD$ 120 mil millones de liquidez al sector económico en una primera etapa. De estos, RD$ 5,555 millones fueron a la construcción, lo que ha ayudado a mantener la estabilidad.
Los proyectos en construcción se terminarán como habían planeado, y los que no habían empezado, están evaluando si empezar ahora o más adelante. Hemos visto que los grandes inquilinos y los grandes propietarios están bien capitalizados.
La incertidumbre por el COVID19 ha puesto en duda a muchos negocios que ahora evalúan rediseñar los espacios actuales o rentar nuevos, sean estos más grandes o pequeños (dependiendo de sus necesidades). Más allá del presupuesto, la ubicación y otros aspectos tradicionalmente relevantes, las compañías deberán considerar la distancia física y medidas sanitarias dentro de los espacios rentados o comprados.
El sector evolucionará significativamente, priorizando mejor las dimensiones y rompiendo con el uso tradicional de los espacios de oficina. Y continuará tan activo como siempre, sino más.
Indhira Desangles